“Siempre he comido lo que he querido y cuando he visto que me pasaba unos kilitos, en una semana cuidándome los he perdido. ¿Por qué ahora me cuesta tanto adelgazar?”

Este es un comentario que se presenta muy a menudo en mi consulta Antiaging. En efecto, ¿por qué de repente parece que “todo cuelga”? los músculos pierden definición, la carne se vuelve fofa, retiene fácilmente líquidos y si ganamos un kilo, no hay manera de perderlo.

La respuesta la tiene de nuevo los cambios hormonales debidos al envejecimiento. En la antigüedad, los privilegiados que llegaban a esa edad ya no estaban en condiciones de correr tras el mamut con el resto de la tribu, sino que dependían de ésta para ser alimentados. La naturaleza, sabia como siempre, pone entonces el metabolismo de la persona en modo “máxima economía energética”, de manera que aprovecha hasta el límite cualquier caloría ingerida y todas las funciones básicas se ralentizan, primando las imprescindibles para mantener la vida (el corazón y el cerebro)  en detrimento de las que son accesorias, “puro lujo”, como la reposición y  del cabello, la textura de la piel etc.

De todas maneras, que eso fuera así en la prehistoria no nos satisface; que sea natural no significa que sea lo más adecuado para nosotros, que nos sentimos jóvenes y llenos de planes e ilusiones y queremos estar bien, tener buen aspecto. Es importante conocer el porque de estos cambios para no sentir que el cuerpo nos traiciona, pero una vez sabemos qué pasa, hay que pasar a la acción.

En mi consulta diseño el plan dietético más conveniente a tu estilo de vida, teniendo en cuenta el tiempo de que dispones, si comes fuera, etc. Siempre personalizado. También estoy preparando una compilación de recetas.

En estos momentos contamos con productos de nutrición ortomolecular muy novedosos para ayudarnos adelgazar:

  • Quemadores de grasa
  • Fibras saciantes que dan sensación de plenitud
  • Moléculas que impiden la absorción y aprovechamiento de las grasas que ingerimos en la comida
  • Moléculas que impiden la absorción y aprovechamiento de los hidratos de carbono que ingerimos en la comida evitando que se conviertan en grasa
  • Enzimas para favorecer la digestión y evitar hinchazón y flatulencias
  • Productos a base de ajo añejo y omega 3 para bajar de forma natural el colesterol y los triglicéridos
  • Productos naturales  para relanzar el metabolismo y quemar más fácilmente las grasas.
  • Extractos de plantas que junto con el mineral Cromo neutralizan la pulsión por el dulce
  • Precursores de la serotonina que alivian la ansiedad que lleva a comer de forma compulsiva

Por supuesto, además de combinar sabiamente los alimentos, es necesario seguir ciertas pautas de vida como caminar o visitar regularmente el gimnasio.