Nuestro cuerpo está perfectamente diseñado para luchar contra multitud de enfermedades, sólo hay que mantenerlo en buen estado, y esto incluye hábitos como nutrirse de manera adecuada y llevar una vida en la que tengan cabida el ejercicio y el reposo. Te interesará saber que estos tres puntos se han mostrado factores determinantes en la evolución del Covid y su rápida resolución, si nos contagiamos. Sin embargo para algunas personas la recuperación puede ser más lenta; algunos síntomas pueden durar semanas … ¡o aparecer de repente!

Yo he pasado el dichoso Sars-Cov-2 este verano: 15 días en la clínica de mi mutua, luego en casa unos días de convalescencia … y a las dos semanas estaba pedaleando en una “Via Verde” (camino exlusivo para bicicletas) con mi hijo y mi nieto. Eso sí, el delicioso camino entre bosques y montañas hacía una ligera pendiente … ¡cuesta abajo! El factor emocional tiene mucho que ver, y el cariño con que me animaron a disfrutar juntos de la naturaleza fue determinante en mi sanación…

Y cuando parecía que ya podía pasar página, llega septiembre ¡y se me empieza a caer el cabello a puñados! Bueno, si a ti te está pasando lo mismo tranquilízate, no eres la única, y no es para siempre ¡volverá a salir!

Aunque nos felicitemos por haber superado la prueba hay que recordar que nuestro organismo ha librado un duro enfrentamiento, dejando el campo de batalla lleno de “cadáveres” enemigos en forma de metabolitos, toxinas y radicales libres, además de un terreno acidificado y nuestras reservas de minerales y vitaminas, agotadas. Todo ello se refleja en nuestros puntos más débiles. Uno de los míos, por ejemplo, es el cabello, y es terriblemente sensible a los bajones de energía (frecuentes en otoño) y al estrés, dos puntos relacionados con la “vuelta al cole”..

Si se te cae el cabello, esto es lo que puedes hacer:

  • Descarta una anemia, sobre todo si aún menstruas.
  • Asegúrate de que tus hormonas no te están jugando una mala pasada, y al hablar de hormonas no me refiero solamente al ciclo femenino, sino también a la tiroides y a las hormonas del estrés.
  • Toma un buen suplemento vitamínico que contenga biotina y antioxidantes.
  • ¡Alcalinízate! Zumos verdes, infusiones y minerales contrarrestan la acidificación (Ph)
  • Lávate el cabello con un buen champú libre de parabenos, como el de Ringana, (próximamente compartiremos el enlace a la tienda de Ringana, Mar Barrufet)
  • Aplícate ampollas revitalizantes, preferiblemente naturales como las de Phytodermie
  • Activa la microcirculación del cuero cabelludo con masajes; protege los vasos capilares con antocianidinas (grosellas, moras, granadas, frambuesas, arándanos) y asegúrate de que se mantienen dilatados con Gingko Biloba.

Sabes que cuando una se pone nerviosa, todo se contrae, los tejidos se aprietan asfixiando la respiración del bulbo piloso y dificultando la circulación, así que céntrate, realiza respiraciones profundas y visualiza como toda tu piel, tus músculos, tus nervios se relajan facilitando el libre fluir de la vida por todo tu ser; sonríe, permite que todas y cada una de tus células sonrían. La sonrisa es expansiva. Visualízate llena de vida vibrante y expansiva, como un pequeño sol radiante. No existe mejor medicina que tu propia mente: tú te estas creando y recreando continuamente.

¡Sonríe!